La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que no lo está, mientras yo sé que lo estoy.
Salvador Dalí
El Sol y los 3 planetas personales en tauro
La enorme concentración de energía en el signo de Tauro en la carta de Salvador Dalí lo convierte en una persona realista, práctica, testaruda, hedonista, en un amante de la buena vida y los placeres terrenales. El pintor catalán tenía el Sol y los tres planetas personales -Mercurio, Marte y Venus- en el signo del toro, el arquetipo de la tierra y los procesos lentos. Y sí, era una persona realista y terrenal por encima de todo. Pero también un gran lunático, sin duda, y es que si algún planeta tiene protagonismo en la carta de Dalí es precisamente su Luna en Aries.
Conjunta al Medio Cielo y por tanto, situada en la zona más elevada de la carta, esta es la parte más visible de Dalí: una Luna en Aries formando una T cuadrada a Neptuno y a Urano, una parte emocional situada en el vértice de dos fuertes tensiones con dos planetas transpersonales que le daban a su arte un alcance colectivo.
Luna en Aries
Precisamente la Luna y su Ascendente Cáncer revelarían una posible relación simbiótica con la madre, una energía de “niño adulto” o la existencia de dependencias emocionales, bien de la madre o de figuras que representaran para él lo materno.
Él mismo dijo de su madre Felipa: “era la miel de la familia. Yo hubiera querido beberla a la manera de los amigos argentinos que habitaban el segundo piso de nuestra casa, los Matas, que cada tarde, hacia las seis, tomaban mate con su bombilla de plata”. Situada en la Casa 10, esa potente Luna de Dalí, tan emocional, tan sensible, así como tan activa e impaciente (Aries) potenciaba su lado creativo, pues tanto Neptuno (la ficción, las imágenes, el mundo onírico) como Urano (el genio loco, la creatividad) conectaban con su parte más innata e inconsciente.
Dalí era un loco y un outsider (Urano), y también conectaba con los mundos sutiles y el surrealismo gracias a ese Neptuno en la Casa 12 en contacto con su niño interno y su parte más juguetona (la Luna).
A él, imaginar mundos (Neptuno) y ser un excéntrico (Urano) le salía de manera natural e innata (mecanismo lunar).
Y toda la energía taurina constante, perseverante y testaruda le servía para materializar y bajar al mundo físico todas esas fantasías que poblaban su mente. Esa Venus exaltada en Tauro, pues se encuentra en domicilio, disponía, además de una gran sensibilidad estética y artística, de una capacidad empresarial y comerciante destacada, pues tanto Venus como Tauro tienen que ver con lo material, y también con el dinero.
Casa 10 y casa 11 de Dalí
Con Júpiter en Aries en la Casa 10, Dalí expandía su conciencia a través de su vocación profesional siendo el primero, convirtiéndose en un pionero (Aries), abriendo caminos y trabajando para si mismo.
La potencia de la Casa 11, donde se encuentra su estelium natal taurino, favorece la elevación de su figura, haciendo que su energía se despliegue de manera natural entre grandes grupos de personas. La Casa 11 es, entre otras cosas, la casa de los fans, de las colectividades con intereses comunes, así pues, era un Tauro teñido de Acuario, un hedonista excéntrico de alcance global.
El Nodo Sur en la Casa 9 le hacía estar muy enfocado en el pensamiento abstracto, y su tarea para evolucionar (Nodo Norte en Casa 3) era bajar las ideas abstractas al lenguaje simple y directo. Aprender, aprender, aprender. Lo hizo magistralmente a través de la pintura y sus cuadros rebosan de ese Neptuno en Casa 12 que nadie ha sabido pintar mejor que él.
Hermoso todo lo escrito. Gracias.