Mis inicios en la astrología
Desde que descubrí la Astrología hace más de diez años, mi vida empezó a desplegarse. Hasta entonces habitaba espacios, relaciones y experiencias de forma casi automática, viendo pasar los días y las noches sin darme cuenta de que todo lo que sucedía ahí arriba tenía una correspondencia con lo que pasa aquí abajo. Y creo que no me equivoco si digo que la mayoría de astrólogos y aficionados a la Astrología que conozco tienen un sentimiento parecido al mío. Porque esta no es una disciplina en la que se puede o no creer, no tiene que ver con la fe, sino con el conocimiento. Es algo que se sabe, una sabiduría universal y ancestral que está más vigente que nunca en esta época uraniana y acuariana en la que nos encontramos. No estamos descubriendo nada.
Hablo en plural porque cada vez somos más los que divulgamos el lenguaje del cosmos a través de lecturas de cartas natales, revoluciones solares, cursos, talleres, conferencias… y me enorgullece formar parte de esta “tribu” (otra palabra que nos remite a lo acuariano).
El despertar de la conciencia
En pleno despertar de conciencia, en una época donde la polarización entre “dormidos” y “despiertos” se hace cada vez más patente, donde parece que la distancia entre unos y otros es cada vez más grande, es indispensable encontrar el propósito vital, el propio camino, pues el ruido es cada vez más ensordecedor y cuesta mantener una visión clara. El conocimiento astrológico retira los velos.
Inicio este blog para añadir más movimiento astrológico, para seguir divulgando y completar de alguna forma la que siento como mi verdadera misión de vida: enseñar Astrología, hacer que llegue hasta el rincón más pequeño, intentar que forme parte de la vida cotidiana de cada vez más personas. En este blog publicaré semanalmente textos sobre tránsitos, clima energético anual para cada signo, lectura de cartas natales de personajes famosos, artículos que me nazcan. Quiero poner mi granito de arena para que llegue el día en que consultar a un astrólogo no sea un acto extraordinario o excepcional, para que se derrumben los prejuicios esotéricos o que ridiculizan este lenguaje simbólico.
Los astrólogos no somos videntes ni adivinos
Los astrólogos no somos videntes ni adivinos (con toda mi admiración y respeto a la videncia y la adivinación): somos intérpretes, lectores de símbolos, comunicadores de energías disponibles. Aportamos claridad y concreción a una realidad cada vez más líquida y disuelta. Consultamos efemérides, tránsitos y aspectos. Hay un trabajo técnico y de interpretación, además de una pasión innata.
Por eso quiero incidir en la importancia de que forme parte del día a día, de que el retorno de Saturno, la cuadratura de Plutón o el baile de elementos de las cartas natales se integren en el lenguaje cotidiano, que podamos así anticiparnos al clima energético para vivir con menos resistencias y fluir con la energía del momento. Porque la resistencia genera sufrimiento y es el primer mecanismo que nos nace. Toca aprender a soltar, dejar ir, aceptar y liberarse al cambio. Y si conocemos el propio mapa natal o el clima de un momento concreto, el camino se allana. Hay que recorrerlo igualmente, pero se allana, porque está iluminado.
Mi ascendente en Escorpio sabe mucho de morir y renacer en una forma nueva. Lo hago constantemente, todos los meses, cada semana, la mayor parte de los días. Si sientes que tu forma ha caducado, que aquello con lo que te identificabas ya no va más, si esto que has leído te resuena o te moviliza por dentro, te invito a que aprendas Astrología. Ofrezco cursos y talleres, lecturas y consultas. Desde el amor y el respeto. Desde la pasión y el conocimiento.