Una vez al mes dedicaré uno de mis textos a hablar de algún arquetipo, aspecto, planeta, casa o elemento relacionado con la Astrología. La intención es divulgar e intentar explicar de una forma detallada o comprensible esas palabras que se escuchan tanto ahora que la Astrología está tan presente pero cuyo significado real muchas personas desconocen. Y empiezo esta serie escribiendo sobre el Ascendente, punto energético de vital importancia en cualquier carta natal.
¿Qué es el Ascendente y por qué su relevancia es capital?
Porque marca el tono energético externo de la persona, es decir, la energía que irradia. De forma muy resumida: el Ascendente es la constelación que “ascendía” en el cielo en el momento exacto del nacimiento, es una energía externa que se imprime en nosotros y que, hasta que la integramos y entendemos que forma parte de nosotros, vendrá a nuestra vida en forma de destino, es decir, a través de personas o situaciones que nos harán de espejo.
Nacemos expresando la energía del Sol y la Luna, pero la del Ascendente tenemos que aprender a expresarla. Y para ello, el mundo nos va a pedir que vivamos determinadas experiencias, más o menos dolorosas (ascendente Escorpio), más o menos combativas (ascendente Aries), más o menos lentas (ascendente Tauro), etc, en función del signo en el que se halle este punto, o nos va a confrontar con determinadas “relaciones maestras” que conforman un aprendizaje esencial: el vínculo con la madre (en el caso del ascendente Cáncer), el vínculo con un hermano o hermana (en ascendentes Géminis), el vínculo con el padre (los ascendentes Capricornio).
Una vez integrada dicha energía (es decir, cuando hayamos entendido que la energía de nuestro signo ascendente también somos nosotros), ese tipo de personas o experiencias recurrentes que han habitado nuestra infancia, nuestra adolescencia y primera juventud, se empezarán a disolver y el camino para hacer brillar nuestro Sol se allanará.
El ascendente: el peaje cuando vienes de la luna
El Ascendente sería algo así como el peaje que hay que pasar viniendo de la Luna (nuestra parte más innata e inconsciente) para llegar a nuestro Sol, un peaje que se paga a través de experiencias, situaciones e intercambios vinculares que pueden resultarnos repetitivos y que así lo serán hasta que nos identifiquemos con la energía que estos nos presentan y logremos trascenderla. Por ello, no es extraño enamorarse de personas con la energía de nuestro ascendente: son vínculos de aprendizaje de nuestra propia energía.
Cuando un astrólogo realiza una lectura de carta natal, se insiste de forma específica en la importancia de que la hora que nos ofrecéis sea lo más exacta posible. Y es que unos minutos de diferencia pueden significar un cambio en el signo del Ascendente, un punto fundamental por ser uno de los cuatro puntos cardinales del mandala y el de nuestra salida al mundo. El Ascendente genera destino y cada uno de los doce arquetipos tiene un tema fundamental a ser trabajado. De hecho cada vez son más los que consultan su “horóscopo” según el signo del Ascendente en lugar del signo solar.
Al cambiar de signo a las dos horas o dos horas y media, me he encontrado casos de gemelas que, con seis minutos de diferencia, tenían ascendente Libra la primera y ascendente Escorpio la segunda, con lo que ello implica. Fue la segunda la que de entrada tuvo más problemas al nacer y quedó ingresada, poniendo de manifiesto ese arquetipo escorpiano relacionado con las experiencias oscuras o de dolor, mientras que la primera, con su armónico y encantador ascendente Libra, se marchó a casa con mamá y papá.
La relevancia del ascendente
Con esto quiero que entendáis que la relevancia del Ascendente no es un tema banal. Nos marca desde el mismísimo momento en el que encarnamos en esta vida, desde nuestra llegada a este mundo. Y esa huella que se impregna en nosotros al nacer será nuestra máscara de por vida, lo que se ve de nosotros. El nivel de conciencia en que vibremos determinará si lo hacemos en las cualidades más luminosas o más sombrías del signo.
Si estás leyendo esto, seguramente ya conoces tu Ascendente. Si no es así o quieres aprender o profundizar en él, recuerda que ofrezco cursos, talleres y clases, además de lectura de cartas natales y revoluciones solares.